Empecé con un showroom, pero no tardé en darme cuenta de una necesidad:
habían muchas mujeres del interior que querían comprar y no podian acceder a la mercaderia sino era viajando.

Empezó ahí.

Sin querer, cada foto transmitía confianza, practicidad y calidad.

Dicen que no hay una segunda oportunidad para una primera impresión.

Y, cuando vendés por redes, esa primera impresión es una imágen.

No necesitás una cámara profesional, ni fondos de revista.

Solo aprender a mirar mejor lo que ya tenés.

Este servicio está pensado para ayudarte a mostrar mejor lo que hacés, sin hacerlo complicado. Porque una buena foto no es la más producida, es la que más transmite.

Una imagen clara, honesta y cuidada puede abrirte muchas puertas.

 ¿Cómo funciona?

Te envío una guía personalizada con videos grabados con sugerencias simples e ideas que podés aplicar con lo que tenés en casa

¿Por qué vos?

Porque estás empezando y querés vender más sin parecer improvisada.
Porque sabés que una imágen puede abrir (o cerrar) una venta.
Porque preferís lo simple, pero bien hecho.